Meet the Exóticos of Mexican Lucha Libre, #5: Rasputin

¡Conozcan a los exóticos de la lucha libre mexicana!

Rasputin

ESPAÑOL:

Cuando ves luchar a Rasputín, lo primero que te viene a la mente es la energía. El espectáculo de sus acrobacias y pasos saltones contagia al público con una burbujeante carga eléctrica. Los coloridos y exuberantes trajes del luchador oaxaqueño (generalmente con pantalones morados y rosados) se complementan con un antifaz, similar a una máscara de disfraces que cubre solo los ojos y la nariz. Para Rasputín, este antifaz “representa 'el carnaval', la fiesta. Agrega que se inspira en las tradiciones del arte oaxaqueño, incluidos los alebrijes, las vibrantes estatuas de criaturas exóticas y fantásticas que mezclan y combinan elementos de varios animales. Al igual que el alebrije, el vestuario y el carácter de Rasputín presentan una mezcla de elementos. Su estilo de lucha incorpora más acrobacias que la mayoría de los otros luchadores, y su vestuario presenta una mezcla de elementos exóticos tradicionales (como maquillaje y lápiz labial), con aspectos menos tradicionales, como el antifaz y la incorporación de lo carnavalesco en el diseño de sus pantalones acampanados. Rasputin explica que estos elementos, combinados con los modales y el coqueteo asociados con la lucha libre exótica, y la incorporación de las interacciones entre el público y el exótico, hacen que el espectáculo sea un poco más interesante.

Rasputín argumenta que la palabra 'exótico' significa ser 'diferente', hacer algo que no se ha visto antes. Esto es especialmente cierto cuando un exótico rompe con el estereotipo del tradicional luchador mexicano, que es grande, fuerte y enmascarado. Como un hombre maquillado, Rasputin cree que su personaje exótico puede crear más emoción y espectáculo para el público. Se toma muy en serio su papel de exótico y cree que es importante representar el carácter exótico y las identidades queer con orgullo, especialmente sabiendo que los niños siguen a su personaje. 

Ubica la lucha libre dentro de un momento histórico. En las últimas décadas, la lucha libre se ha expandido para incluir no solo personajes masculinos heterosexuales, sino también:

“personas que tienen preferencias homosexuales, mujeres, que están dando mucho de qué hablar, y que están dejando ya ese legado, y que están rompiendo totalmente con la historia de la lucha libre mexicana, que era, vuelvo a comentar, solamente la práctica de hombres. Y ahora, con todos los estilos, con todas las, este, los personajes, que hay, pues, está dando una revolución total a la historia de la lucha libre.”

Agrega que estos cambios fortalecen la lucha libre, lo cual es crucial dado que el disfrute de la audiencia es lo que mantiene viva la lucha libre.

Si bien las conexiones de Rasputin con el público alimentan su energía, explica que su felicidad es contagiosa. La 'chispa' que tiene, y el 'clic' que tiene con el público, es lo que hace que la simbiosis entre espectador y luchador sea tan dinámica. Por lo tanto, el estilo exótico ha ayudado a Rasputín a entretener al público y traer una sonrisa a los rostros de quienes presencian su trabajo. 

Cuando el COVID-19 detuvo el mundo de la lucha libre, estas relaciones simbióticas con el público presencial desaparecieron. Los luchadores ya no podían proyectar sus emociones a sus audiencias de la misma manera, y la distancia física creció entre los luchadores y sus admiradores. Rasputín relata su experiencia luchando sin público por primera vez: 

“...hicieron funciones de lucha vía trasmisión, vía Facebook, compartíamos con la afición; había camarógrafos, graban, estábamos totalmente sin afición, y fue una experiencia un poco traumatizante, llamémoslo así. Porque no había gente. No había gritos. Lo único que escuchaba era la respiración de mi compañero y de mi contrincante, no? Y no había con quién interactuar. Yo gritaba al vacío, esperando que alguien me contestara, y nadie me contestaba. Y estaba todo, totalmente callado, nada más los camarógrafos, que de repente se reían por alguna u otra cosa. Pero era un silencio sepulcral. No había con quién poder hacer este tipo de interacción. Y es donde te das cuenta de lo importante que es la afición para la vida de un luchador. Tanto para darle vida al show, para darle vida al espectáculo, el ánimo, y esta conexión. Entonces, cuando hicimos una función con cámaras, pues, totalmente desagradable para nosotros. Tal vez el público en la transmisión se seguía emocionada y veía, ¿no? Pero para nosotros era silencio total.”

Sin los gritos y la energía de la audiencia, Rasputín ilustra la importancia de la participación de la audiencia en la creación del espectáculo de la lucha libre. A medida que el mundo se recupera lentamente de la pandemia, la lucha libre también vuelve a la vida. 

Los extractos de entrevistas utilizados en este blog provienen del trabajo preliminar de mi disertación, Luchando con(tra) Masculinidades: Explorando las Intersecciones de Género, Sexualidad y Nacionalismo entre Exóticos en la Lucha Libre Mexicana. Con cualquier sugerencia, pregunta, o comentario, contáctenme: cprechtel@tulane.edu


ENGLISH:

When you watch Rasputin wrestle, the first thing that comes to mind is energy. The spectacle of his acrobatics and bouncing steps infect the public with a bubbly, electric charge. The Oaxacan wrestler’s colorful, exuberant costumes (usually featuring purple and pink pants), are complemented with an ‘antifaz,’ similar to a masquerade mask that covers only the eyes and nose. For Rasputin, this ‘antifaz’ “represents ‘el carnaval,’ the party. He adds that he draws inspiration from the traditions of Oaxacan art, including alebrijes, the vibrant statues of exotic, fantastical creatures that mix and match elements from several animals. Like the alebrije, Rasputin’s wardrobe and character feature a blend of elements. His wrestling style incorporates more acrobacy than most other wrestlers, and his costumes feature a blend of traditional exótico elements (such as makeup and lipstick), with less traditional aspects, such as the ‘antifaz’ and the incorporation of the carnavalesque into the design of his flared pants. Rasputin explains that these elements, combined with the mannerisms and flirtatiousness associated with exótico wrestling, and the incorporation of exótico-audience interactions, make the show a little more interesting. 

Rasputin argues that the word ‘exótico,’ means to be ‘different’-- to do something that hasn’t been seen before. This is especially true when an exótico breaks with the stereotype of the traditional Mexican wrestler, who is big, strong, and masked. As a man wearing makeup, Rasputin believes that his exótico character can create more excitement and spectacle for the audiences. He takes his role as an exótico very seriously and believes it is important to represent the exótico character and queer identities with pride, especially knowing that children follow his character. 

He locates lucha libre within a historic moment. Within the last several decades, lucha libre has expanded to include not only heterosexual male characters, but also:

“people with homosexual preferences, women– who are giving us a lot to talk about, and who are already creating a legacy– and are completely breaking with the history of Mexican lucha libre, which, I’ll say again, was only a practice for men. And now, with all the styles, all the, these characters that exist, well, they’re creating a total revolution within the history of lucha libre.” 

He adds that these changes invigorate lucha libre, which is crucial given that audience enjoyment is what continues to keep lucha libre alive. 

While Rasputin’s connections with audiences fuels his energy, he explains that his happiness is contagious. The ‘chispa’ or ‘spark’ that he has, and the ‘click’ that he has with the audience, is what makes the symbiosis between spectator and wrestler so dynamic. Thus, the exótico style has helped Rasputin entertain audiences and bring a smile to the faces of those who witness his work. 

When COVID-19 brought the world of lucha libre to a halt, these face-to-face symbiotic relations with audiences disappeared. Wrestlers could no longer project their emotions to their audiences in the same way, and the physical distance grew between wrestlers and their adoring fans. Rasputin recounts his experience wrestling without audiences for the first time: 

“...there were lucha libre events via streaming, via Facebook, that we would share with our fans; there were cameras filming, we were totally without fans, and it was a bit of a traumatizing experience, in a way. Because there were no people. There were no cheers. The only thing I could hear was the breathing of my partner and my opponent, right? And there was nobody to interact with. I shouted into the void, waiting for someone to respond, and nobody answered. And it was all completely silent, nothing but the cameramen, who would suddenly laugh at one thing or another. But it was dead silent… And that’s where you realize how important the fans are for the life of a wrestler. Both to give life to the show, to give life to the spectacle, the mood, and to that connection. So, when we did events with just cameras, it was completely unenjoyable for us. Maybe the people watching the live streams were excited when they watched, right? But for us it was complete silence.” 

Without the cheers and energy of the audience, Rasputin illustrates the importance of audience participation in creating the spectacle of lucha libre. As the world slowly rebounds from the pandemic, so too does lucha libre return to life.  

The interview excerpts used in this blog come from preliminary work on my dissertation, Wrestling with Masculinities: Exploring the Intersections of Gender, Sexuality, and Nationalism Among Exóticos in Mexican Lucha Libre. With any suggestions, questions, or comments, contact me at: cprechtel@tulane.edu.

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